Afila tu hacha
Consejos para empezar una Preparación Eficiente e Integral
(Antes busca y lee el cuento El leñador tenaz del libro “Déjame que te cuente” de Jorge Bucay)
¿No sabes ni cómo ni por dónde empezar?; pues, aunque la persona que se encarga de tu preparación ya te ha propuesto las primeras tareas, yo te voy a recomendar otras acciones paralelas que, aunque aparentemente no tienen relación con las oposiciones, son tanto o más importantes y han de acompañarte durante todo este proceso; no lo digo yo, lo dice la ciencia; puedes implementarlas desde ya en tu rutina; y lo mejor: todas ellas se retroalimentan entre sí y optimizan tu preparación. Si las cuidas, combatirás la aparición de ciertos inconvenientes lamentablemente demasiado habituales en los últimos tiempos: cansancio, pérdida de interés, desánimo, insomnio, disminución en la memoria y en la capacidad de aprender, dolores musculares y de cabeza, sensación de somnolencia y mente nublada, irritabilidad, etc, etc; su no vigilancia suele explicar el detrimento en el rendimiento por su efecto acumulativo durante meses…
Te gradúo dichas acciones (lo deseable es que se conviertan en hábitos) desde el modo básico (accesible para cualquiera) hasta el opositor total asceta premium: desde los imprescindibles hasta los, aunque aconsejables también, más exigentes (no todos tenemos el mismo tiempo, grado de compromiso, capacidad para cambiar ciertos hábitos o condicionar a los que conviven con nosotros).
- Sin orden en tus horarios y espacios de preparación, no puede haber orden en tu cabeza: decide de forma consciente dónde y cuándo vas a trabajar; qué espacio, con qué objetos, qué bloques de tiempo, qué hacer en cada uno de ellos, cada cuanto tiempo hacer pausas, cuñas motrices o snacks de ejercicio, etc…
- Desconéctate: modo avión (salvo para actividades y consultas específicas) tanto en la academia como en el tiempo de estudio; no, nunca pasa nada; no, casi nunca pasa nada importante; no, casi nunca necesitas estar localizable. Prefija y reserva 2 ó 3 períodos cortos al día (y no más) para consultar esas cosas tan importantes que crees que hay en las rrss. Si eres débil hay aplicaciones que te pueden ayudar. Hay una gratuita que se llama EscóndemeElmóvilMientrasEstoyEstudiando.
- Recupera el papel y el bolígrafo: reserva el ordenador para investigar y dar el formato final a lo que se te pide en la opo; todo lo demás, tanto en la academia como en tu estudio, mejor a mano.
- Focaliza y desactiva el modo multitarea; repite conmigo: “es un mito y una falacia que podemos atender a varias cosas a la vez, no somos multitarea…”; no, no y no: sólo vas a ser eficiente en tu preparación si consigues poner la atención exclusivamente en la tarea a realizar, evitando la aparición de distractores. Haz bloques de tiempo, asígnale una sola actividad a cada uno y pon tu atención en esa tarea de forma exclusiva. Tu rendimiento se disparará.
- Sueño: aquí sucede la magia del procesamiento y consolidación de lo trabajado; tendremos problemas si no es suficiente (mínimo 7,30h nocturnas + máximo 20´de siesta) y de calidad (sin disfunciones “extrañas” que delaten ansiedad y estrés excesivo: ¿me cuesta quedarme dormido?¿me despierto despejado en medio de la madrugada?) Nunca deberíamos acudir a medicación sin antes haber explorado otros suplementos y/o técnicas.
- Ejercicio físico: innegociable su presencia; inexcusable que no realices, al menos, 3 sesiones de 1 hora semanales. Si eres capaz de añadir actividades en la naturaleza y de tomatierra (earthing/grounding), y de respiración y relajación, multiplicas los beneficios.
- Comidas: lo de que el estudio y la ansiedad provocan más hambre y más apetencia por alimentos nada recomendables o azucarados tiene mucho de malos hábitos (basados en adicciones y creencias erróneas ya desmentidas por la ciencia como la de que “hay que dar azúcar al cerebro” o “hay que hacer 5 ó más comidas al día”) y de gran perjuicio para tu salud en general y rendimiento en particular: el enfoque debe centrarse en la comida real y tradicional de la dieta evolutiva (no hace falta retroceder hasta el Paleolítico, con llegar a tus bisabuelos es suficiente) evitando ultraprocesados, comidas copiosas y frecuentes, azúcares simples, harinas refinadas, alcohol…); el plato de Harvard y los ayunos intermitentes pueden ser otras estrategias válidas y básicas. Y sí, puedes reservarte un 5% para la comida trampa, faltaría más.
- Relaciones afectivas y sociales satisfactorias: debes preservar aquellas cuyas características te ayuden a acompañar, complementar y optimizar el proceso, con aceptación, comprensión y colaboración; y, por contra, debes apartarte de las que contengan distractores, coacciones, desgaste, conflictos, reproches, malestar y derroche de tiempo.
Visto lo anterior, observarás ciertos paralelismos entre lo que acompaña a la preparación de la oposición y a la de una competición o exhibición de alto nivel; y es que es así: más allá del estudio, trabajo, práctica, depuración de la técnica, etc, se hace muy difícil creer que es posible alcanzar la excelencia sin cuidar los otros aspectos vitales.
Podrás profundizar más, en todo lo relacionado con estas cuestiones y muchas más, en el dossier psicológico (que firma el mismo autor de este artículo que estás leyendo) que en su momento te entregará tu preparador: con centenares de observaciones y evidencias para reflexionar, procedentes de campos tan variados como la neurociencia, la psicología, la fisiología, la filosofía o la economía del comportamiento.
Cuídate mucho, bicos e apertas.