El síndrome impostor en las oposiciones de educación
“Esto no es para mí”, “no soy bueno/a”, “estoy a años luz de mis compañeros/as”… son palabras que de una u otra manera han resonado en nuestra cabeza, ya sea preparando las oposiciones de educación o en algún otro ámbito profesional o personal.
Quiero decirte que esa sensación de no estar a la altura es más común de lo que te pudiera parecer. Por tanto, es normal sentir ese punto de desasosiego ante ciertas pruebas o acontecimientos como las que suponen hablar en público, por ejemplo. El problema es cuando esa sensación se magnifica y transforma tus acciones en no-acciones, es decir, en bloqueos. Bloqueos que hacen que dejes de dar los pasos necesarios para tu gran objetivo. Que dejes de exponer los temas en la academia o que dejes de completar supuestos, es decir, que te conformes.
Paradójicamente, este síndrome que, por cierto, no es una patología, suele afectar más a las personas más competentes para las tareas a las que se enfrenten y, a menudo, está relacionado con un nivel de autoexigencia y perfección desmedido o, como mínimo, fuera de contexto. Lo que puede provocar es un sentimiento de incompetencia irreal y que no es acorde con el historial profesional o académico de la persona que lo sufre. En este caso y si hablamos de opositores, tenemos una forma muy fácil de desmontarlo, simplemente mirando hacia atrás.
Las oposiciones docentes no son para cualquiera
Las oposiciones docentes exigen tener un título universitario que has tenido que trabajar, que ha costado años, esfuerzo y sacrificio no solo económico. A lo largo de este periplo universitario te has enfrentado a exámenes, trabajos, entrevistas, estudios de campo… por no hablar de los trabajos fin de grado, todo ello para decirte que no estás preparado.
No estás preparado porque aún necesitabas un máster o equivalente. Más tiempo y más esfuerzo, compañeros nuevos, quizá una ciudad nueva o una plataforma educativa que no habías experimentado hasta ahora. Además, otro trabajo fin de máster que te dieron la vuelta mil veces hasta que pudiste defenderlo y presentarlo. Y lo superaste.
Y mientras tanto, inglés, cursos de verano, tu inicio en el mundo laboral y esa inquietud educativa, que siempre estuvo ahí y que es hora de sacar a la luz. No seas tu peor enemigo y no le tengas miedo al escollo final. Eres competente para ello.
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Espero q la gente q se lo curra haga una reflexion al respecto y afronte las opos sin complejos.
Nadie dijo q fuera a ser facil, pero hay plazas y son para alguien.