LA OPOSICIÓN NO ES UN EXAMEN.
Es una selección de personal.
*¿Significa eso que no tengo que estudiar?
¡Negativo! Tienes que estudiar como nunca, como si te fuera la vida en ello porque, de hecho, te va, una buena vida, la mejor, la de profesor la de enseñar y aportar a las nuevas generaciones.
El hecho de que sea una selección de personal implica que estudiar es muy importante pero no es lo único. Tienes que demostrar, que mostrar, el pedazo de docente que hay en ti, esa mezcla de preparación, actualización y pasión. El tribunal tiene que ver el tipo de “animal de aula” que habita en ti.
Diferénciate de otros candidatos, con tus propias aportaciones, con los datos que ofreces, con
las evidencias científicas más que las modas. Con tu rigor. Con tu simpatía y su hermana gemela la empatía.
Demuestra que estás preparado, que sabes la teoría, pero sobre todo que sabes aplicarla, que
te preocupas por tus alumnos del primero al último. Que además de bueno en tu materia, sabes liderar, que serás un buen tutor. Y como funcionario también sabes que hay una parte de burocracia y tú sabes resolverla. Demuestra que te desenvuelves con el Teams, con las TIC y con el DUA. Que vas a por todas.
*¿Pero no se admiten fallos? Por supuesto, demuestra que eres humano y que a veces lo planificado no sale como esperas y habrá que analizar por qué, demuestra que sabes enseñar a los alumnos buenos y que es un reto para ti los que más ayuda necesitan, los no tan buenos sea por aptitud o por actitud.
Demuestra que disfrutas en este trabajo, pero y, sobre todo, porque eres un o una “currante”, porque lo llevas todo preparado, cada clase, cada rúbrica.
Demuestra, en definitiva, que eres la persona idónea para el puesto de trabajo, que una taza es para ti.